lunes, 15 de enero de 2018

Caminantes y caminos




La vida es un camino que he ido descubriendo paso a paso.
La escuela es un trozo de mi camino.
La felicidad es el camino que  yo buscaba.
No siempre supe dónde estaba mi camino.

Hay caminos largos, hay caminos cortos…
Los hay que siendo cortos se te hacen interminables
y los hay que siendo largos se te acaban demasiado pronto.

“Caminante no hay camino”, decía Machado.
“Caminante que no camina nunca llegará a su destino”,
le replicó otro menos famoso y sabio.

Hay caminos rectos y hay caminos cuesta abajo,
pero también los hay cuesta arriba y empinados.
Hay caminos sin final y  también hay finales de camino.
Caminos de piedra, caminos  embarrados,
caminos de arena, caminos  cerrados, 
 caminos polvorientos, caminos inundados, 
caminos con cristales, caminos abandonados,
caminos sinuosos, caminos solitarios, 
caminos sin nadie en el camino,
caminos oscuros, caminos desconocidos,
caminos peligrosos, caminos prohibidos,
caminos cortados por puertas, verjas y  muros en medio del camino.
Caminos sin camino.

De joven quieres caminar de prisa,
sin importarte adónde te lleve  el camino;
de mayor quieres regresar sobre tus pasos
y buscar las huellas  que no seguiste
y que eran las que tenías que haber seguido.

Caminar, caminantes y caminos…
historias, recuerdos y olvidos…
aciertos, errores, dudas…
y sueños, a veces rotos y, a veces, cumplidos.
Caminos te parecen y sólo son senderos,
Caminitos les dices y son kilométricos,
todo es tan subjetivo, tan  interpretable…
Y es que todo depende de  cada momento del camino,
de las personas que te encuentras,
de si es de día o si es de noche,
de si caminas bajo el sol o si caminas bajo la luna,
de si sopla el viento o si hace frío,
de si caminas solo o te acompañan en el camino.

Yo siempre  caminé “beti zain beti bila”,
en  busca de lo que no encontraba en las miradas,
ni en las palabras, ni en las orillas…

Y ahora…
No es que ahora ya no quiera caminar,
pero si me detengo y dejo de andar
puedo contemplar mejor tu sonrisa,
escuchar tu voz,  sentir tu mano, abrazarte
y hasta contarte cuántas veces  tropecé, caí,
lloré y me volví a levantar.

Caminante sí hay camino
si tu vienes a andar conmigo.
Caminante no quiero andar
si no es contigo.

Caminante, tú eras mi camino.

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