miércoles, 15 de octubre de 2014

"Siemprevivas para Teresa" Poema

   Dedicado a Teresa, mi madre   
Cuando hice el tema de "Estuario del río Barbadun y su entorno más cercano", un tema de 17 capítulos,  (http://haixeder.blogspot.com.es/search/label/Estuario%20del%20r%C3%ADo%20Barbadun%20y%20su%20entorno) ya puse en el pie de foto de una imagen mía en esta roca que era un bonito lugar para escribir una poesía. Era un proyecto que realicé en su momento y que publiqué en haixeder. Ahora lo repongo.
Se la he dedicado a mi madre,  Teresa Ollobarren, que hoy, 15 de octubre, día de Santa Teresa, cumpliría 77 años (murió hace ya 14 años); y la titulé "Marisma del Barbadun", aunque también pensé en llamarla "Siemprevivas para Teresa", que es el título que le he dado a esta entrada.

Naciste natural y libre,
hace tantos siglos ya que nadie sabría decir cuándo,
hija del mar, hija del río,
tú, Marisma del Barbadun.

Creciste cerca de las dunas,
arenales vestidos con plantas excepcionales,
que no temen ni al  ardiente calor del sol,
ni al soplar del viento implacable;
y te hiciste amiga de aves emigrantes,
que, al ver desde el cielo tu figura,
se detenían a reposar en tus aguas dulces y saladas,
buscando pececillos escurridizos
que navegaban por tus orillas y canales,
y a respirar el perfume de tus flores,
flores  de aromas suaves.

Pero hace más de 40 años,
un ser que llaman humano mutiló tu belleza
en una cárcel de hormigón, tuberías y tanques gigantes.

Ahora vuelves a  ser libre, como antes,
aunque sometida a sus leyes absurdas y arrogantes.
Vive, Marisma, vive; renace.
Cubre tu jardín  de biodiversidad.
Yo vendré, siempre que pueda, a visitarte.

Y tú regálame  un ramito de siemprevivas,
que quiero llevarlo hasta la tumba de mi querida madre.
                                                                                                                      Rober Areizaga Ollobarren, 2013  




     Recordando a mi madre     
No sé si he llegado lejos en mi vida, o si no.
Pero sin mi madre no estaría aquí.
Aún recuerdo que ella llevaba las alpargatas rotas
para que yo pudiera ir calzado a la escuela,
y comprarme mi primera enciclopedia.
Mi madre se levantaba antes de salir el sol,
y se acostaba cuando ya había salido la luna,
Nunca pudo llevar vestidos caros, ni pulseras,
ni arreglarse las caries de sus dientes,
ni poder tener  caprichos.

Ella se sacrificó toda su vida,
por su familia, por sus dos hij@s.
Yo se lo debo todo, 
porque ella me dio siempre todo lo que tenía,
y, a menudo, hasta lo que no tenía para darme.

A veces, no  supe ser buen hijo,
pero siempre supo perdonarme.
Ella también necesitaba, pero nunca me pedía,
y, aunque yo no le pidiera, ella siempre venía a darme.

Yo siempre la quise,
pero no sé si supe quererla bien;
ahora que ya no está  me doy cuenta de lo  grande que era
el amor que toda su vida me dio mi madre.

Anteayer  me convertí en aitite.
La alegría del nacimiento de Lier es inmensa,
pero no borra la ausencia de Teresa.
"¡Si le pudiera ver mi madre!", fue lo primero que pensé al verle, 
me acerqué y le di un beso, 
un beso mío y de mi madre, 
el beso que ella nunca podrá darle.
                                                                                Rober Areizaga Ollobarren, 2013/X/14

3 comentarios:

  1. Precioso Muy bonito maizu

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  2. Precioso!!!. Los que nos han querido, aunque se vayan, siempre permanecen a nuestro lado, se convierten en ángeles de la guarda que nos protegen y guían. Estoy segura, lo siento, y yo así lo quiero creer.

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