jueves, 30 de agosto de 2012

Apuntes sobre educación sexual

           Tema que no se sabe cómo ni cuándo abordar con los niños y niñas.
           Aquí os he buscado la opinión de personas expertas en este terreno.

 O   R   I   E   N   T   A   C   I  Ó  N              F   A   M   I   L   I   A   R     
          

      Apuntes sobre educación sexual
Cuando los padres se plantean cómo deben educar a sus hijos, se pueden olvidar de una faceta tan importante como la información y no es otra que la formación. Para educar correctamente hay que contemplar que además del tema específico que se trate (en nuestro caso sexualidad), la motivación y el amor con que se trate el tema serán fundamentales y si además todo ello lo aderezamos con dosis de disciplina, se obtendrán resultados positivos.

La educación integral se inicia en la infancia y continúa en la adolescencia pero estará presente toda la vida.

Según nos dice el catedrático de psiquiatría ENRIQUE ROJAS “educar es enseñar conocimientos y promover actitudes... educar es convertir a alguien en persona más libre e independiente, con más criterio...”.

Estas definiciones aplicadas al modo en que afronten los padres la educación sexual de los hijos nos conducen a considerar el aspecto más humanitario frente al técnico y lleno de datos que ya hemos tratado en otros artículos como el titulado “¿Sabemos todo sobre los métodos anticonceptivos?”

Nos debemos plantear preguntas como ¿qué queremos transmitir a los hijos? o ¿qué debemos transmitir? Ambas preguntas son complejas y deben llevar a los padres a una reflexión seria sobre temas que a menudo se olvidan al educar en la sexualidad. Bien es cierto que una educación sexual neutra es imposible pero no consideramos completa una exclusiva información que más parece clase de anatomía, fisiología o ginecología.

Cuando se ha adquirido un conocimiento adecuado de la sexualidad, una formación en el plano físico (que no negamos ni privamos de importancia) hay que acometer también aspectos psicológicos, sociales, culturales e incluso espirituales que completen la educación haciéndola completa e integral. Una buena educación sexual debe conseguir que llegado el momento del encuentro físico entre chico-chica, hombre-mujer exista una madurez psicológica, una personalidad madura que sepa afrontarlo con la responsabilidad debida.

Es cierto que hablar con los hijos del sexo puede resultar incómodo para padres y para hijos. Dependiendo de la edad y madurez de los niños, los padres responderán a los niveles de curiosidad, abordando el tema con explicaciones sencillas si son pequeños y ampliando si ya tienen alrededor de 10 y 11 años. En este último caso pueden hablarle de cómo un hombre y una mujer se enamoran y deciden tener relaciones sexuales, explicando claramente las responsabilidades y consecuencias que implica tener una vida sexual activa.

La comunicación abierta y la información precisa pueden retrasar la práctica sexual en los adolescentes y promover la utilización de métodos anticonceptivos adecuados una vez llegado el momento.

Debemos resaltar la importancia de abordar los temas con sinceridad y de manera abierta, nunca falsear la verdad y la realidad, afrontándolos como algo natural y positivo.

En ocasiones viene muy bien buscar ayuda en otros ámbitos como médicos de familia, pediatras, religiosos o cualquier profesional de la salud. Para una mayor puntualización sobre los temas y las edades aquí indicamos algunos de ellos:

1. Hasta los 9 años. Entre 2 y 3 años los padres deben ayudarle a reconocer su cuerpo nombrando sus diferentes partes con el nombre correcto. A partir de los 3 hasta los 5 años comenzarán a hacer preguntas que siempre hay que responder sin mentir. Entre los 5 a los 8 debemos ser concisos ante las diferentes preguntas que ya van a surgir entre niños y niñas. Hablaremos de amor y afecto y sólo daremos la información que nos pidan.

2. Entre 9 y 10 años. A esta edad ya pueden saber por el entorno (colegio, televisión, amigos...) algo sobre el tema y también pueden tener un gran lío. Es conveniente aprovechar la vida cotidiana para introducir el tema. Podemos hablar ya de SIDA y embarazo y hablarles sobre los cambios que tendrán en su cuerpo.

3. De 11 a 12 años. A esta edad se amplían sus fuentes de información y les preocupa su aspecto físico. Conviene centrar el acto sexual como algo de adultos íntimamente ligado con el amor y el cariño. También deberán conocer el tema del embarazo y las medidas preventivas uniéndolo a la responsabilidad que lleva la vida sexual.

4. De 13 en adelante. Estos chicos ya entienden cuáles son los valores de la familia respecto a estos temas pero sin imponer las ideas de los padres. Es imprescindible respetar su intimidad y si les resulta más cómodo hablar con otro adulto, hay que permitirlo. Aunque aparecerán los primeros desengaños amorosos, esto les beneficiará cuando tengan que buscar una pareja estable.

A modo de resumen, aquí tenemos cuatro premisas básicas que nos aporta CLARA MOLINA GARCÍA (licenciada en Psicología):

a) Diremos siempre la verdad.
b) Llamaremos a las cosas por su nombre.
c) Podemos adelantarnos con algún gesto de complicidad para facilitarles el camino.
d) Debemos relacionar el tema de la sexualidad con el amor, como algo que implica estimación generosidad y responsabilidad.

Dedicaremos capítulo aparte a la adolescencia ya que es una edad en la que afloran una gran cantidad de cambios, confusiones y esperanzas que convierten a esta etapa en crucial para sus vidas adultas.

La ADOLESCENCIA es una etapa en la que los padres tienen la maravillosa oportunidad de ganar la mente y el corazón de sus hijos. es su “segunda oportunidad”. Los chicos van a tener que asumir su nuevo cuerpo y conocer el de su complementario (chico-a). Tendrán que aprender las “técnicas” para encontrar hueco en un nuevo mundo, en “sociedad” algo que temen y a la vez desean dominar. Todos estos factores determinarán un estado de tensión ante este lento aprendizaje que les queda.

Sufren una descarga hormonal para favorecer y motorizar el crecimiento y la mayor parte de estas energías son fundamentalmente sexuales. Tengamos paciencia y evitemos que se sienta inútil. Para controlar y mejorar la llamada “pulsión sexual” podemos ayudarle a establecer el equilibrio propiciando, pero sin imponer, actividades que supongan gran derroche físico, como campamentos, montañismo, etc. Actividades que supongan gran atención (además de sus estudios que ya lo requieren) como idiomas, música, etc. Y también algunas que le obliguen a salir de sí y compartir (ayuda social, comunitaria, etc.).

En la medida en que el adolescente salga de sí mismo y comparta, estará encontrando el mejor camino para canalizar esa energía que en su origen es sexual.

Y hay que plantearse la siguiente pregunta: EDUCACIÓN SEXUAL ¿EN LA FAMILIA O EN LA ESCUELA? Es obligación de los padres proporcionar una educación a los hijos en todos los sentidos, por supuesto también en el desarrollo de la sexualidad. Pensamos que la educación sexual se debe producir en casa. La escuela debe ser respetuosa con el sistema de valores y creencias de la familia siempre bajo el cumplimiento de las leyes educativas.

Los chicos y chicas de hoy son fruto del contexto social en el que crecen, fruto de una sociedad consumista, individualista y tecnológica. Muchos crecen solos porque sus padres están todo el día ocupados, se educan casi sin límites ni pautas y están influidos por una brutal publicidad. Suelen tener más de lo que necesitan, están enganchados al móvil, la tele, el ordenador o los “chat” Esta situación propicia el individualismo y la falta de imaginación. Los adolescentes están desmotivados, existe un gran fracaso escolar y les lleva a querer probarlo “todo”, les cuesta distinguir lo real e irreal.

Tal vez no tenemos la suficiente conciencia de lo importante que es la presencia de los padres en la vida de sus hijos y la formación de unos “futuros adultos” que tendrán pocos recursos psicológicos que no valoren el esfuerzo ni reconozcan los límites y que no sepan cuál es su “responsabilidad”.

Recordemos y asimilemos las palabras del psiquiatra ENRIQUE ROJAS para resumir el tema: “todo lo grande del hombre es hijo del esfuerzo y la renuncia... No hay verdadero progreso humano si éste no se realiza con un fondo moral...La meta de una buena educación sexual es la integración de las tendencias en una personalidad cada vez más madura de modo que todos los impulsos sexuales se encaucen de forma ordenada y enriquecedora”.

BIBLIOGRAFÍA RELACIONADA CON EL TEMA:

LEON SOMERS y BARBARA SOMERS: “Cómo hablar a sus hijos sobre el amor y el sexo”.
Editorial PAIDOS IBÉRICA

JOSÉ ANTONIO LÓPEZ: “Educación de la sexualidad”.
Editorial EUNSA

REYNOLD BEAN y HARRIS CLEMENS: “Cómo abordar los temas del amor y la sexualidad con sus hijos”.
Editorial DEBATE

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